Tubo de Crookes o de cátodo frío, fabricado entre 1905 y 1925, se utilizó para la producción de rayos X. Se trata del primer modelo de tubo cuyo funcionamiento dependía de la aplicación de una corriente continua no superior a 100Kv que aceleraba e ionizaba el gas de su interior produciendo fluorescencia.
La pieza posee las siguientes inscripciones: "8380" y "G. Original / Gundelach / Regenerierung".
Este modelo de tubo está asociado a los primeros pasos de la historia de los rayos X, que arranca con los experimentos iniciados, en 1875, por el físico británico William Crookes. Precisamente fueron estos experimentos los que llevaron a Crookes, en 1895, a desarrollar este tubo con electrodos para generar corrientes de alto voltaje en el vacío creado en su interior.