El telar mecánico es una pieza de grandes dimensiones con un uso muy específico, la fabricación de tejidos a partir de conjunto de hilos u otras fibras entrelazadas. Está formado por diversos elementos, como el dispositivo de soporte, el de intercambio de hilos y la unidad de motorización de la trama, a lo que se añade un sistema de sujeción del lizo y una bobina adheridos a la unidad de soporte que permite el aporte de hilos de trama a la unidad de intercambio.
El telar es un instrumento de fabricación textil muy común desde la Antigüedad, siempre habiendo sido utilizado de manera manual lo que conllevaba unos tiempos de producción muy lentos. Será en 1733 cuando John Kay patentara la lanzadera volante que revolucionó el trabajo gracias al aumento en la velocidad de producción reduciendo a un solo hombre el manejo del telar, no obstante, continúa siendo un mecanismo manual hasta que después de salir a escena la Máquina de Vapor de James Watt en 1769, el británico Edmund Cartwrigh daba inicio a una nueva era en la producción textil al patentar el primer telar mecánico en 1786.
Este tipo de telar mecánico se popularizó de manera que se estuvo utilizando durante más de un siglo. Ya en la actualidad, el telar mecánico se considera anticuado y muy ruidoso y se están empezando a utilizar otros telares accionados por presión de agua o aire en los que se ha eliminado la lanzadera volante.