Pintura de carácter onírico protagonizada por dos personajes, un hombre y una mujer, unidos a través de la larga barba del primero, que rodea la el contorno del brazo femenino. A medio camino entre ambos, tres flores que recuerdan a calas blancas con interior azul turquesa protagonizan la composición, elevándose sobre una mancha azul de gran transparencia que se superpone a la barba del protagonista.
La mujer luce vestido blanco de tirantes ceñido a su silueta y se muestra de perfil, con la cabeza gacha, los ojos cerrados y el cabello suelto hacia atrás.
El fondo de la obra se crea a partir de amplias pinceladas en tonos arena, blancos y azules, a los que se superpone un dibujo preciso que incide en una representación un tanto naïf del rostro masculino, retratando con mayor realismo el de la mujer.