Durante el siglo XVIII, los avances astronómicos venían siendo cada vez de mayor importancia y aplicación práctica en disciplinas como la navegación marítima o la generación de coordenadas de gran precisión. Los estados europeos, conscientes de la utilidad que venía desarrollando la disciplina, financiaron y promovieron proyectos astronómicos, desde la construcción de observatorios, como los pioneros de Greenwich y París, o la difusión de principios y nociones astronómicas en publicaciones impresas con láminas, donde podríamos ubicar la que aquí describimos.
Grabado a buril perteneciente a una serie integrada dentro de una obra dedicada a nociones de Astronomía publicada en España durante la segunda mitad del siglo XVIII. Contiene ocho figuras que representan las diferentes fases del Sol y su relación con la Tierra, sus correspondientes órbitas y orientación de los rayos solares.