Ha perdido las manos. La cabeza, que durante un tiempo estuvo guardada en una dependencia del Hospital Real, le fue restituida durante la habilitación del edificio como rectorado de la Universidad en la década de 1970.
Estatua orante de doña Isabel la Católica, arrodillada sobre un almohadón. Viste sencilla saya de plegados poco profundos y una amplia capa que le cubre la espalda. La cabeza mira ligeramente hacia la derecha, donde se halla la hornacina de la Virgen con el Niño. Está en actitud orante, con las manos juntas sobre el pecho. Escultura un tanto tosca, sin duda del taller de Alonso de Mena (1587-1622), que sirvió de puente entre Pablo de Rojas y Alonso Cano, marcando lentamente una leve inclinación por el camino naturalista, en contra de las enseñanzas manieristas de la escuela del propio Rojas, con avances de estilo sorprendentes, pero servidas por una técnica pobre y amanerada. La presencia de los Reyes Católicos en la portada del Hospital Real se justifica plenamente por haber sido sus fundadores en 1504.