Pequeña escultura de barro que representa a una mujer joven con vestido de volantes envuelta en un mantón con flecos que cubre su cabeza. Su tronco está ligeramente inclinado hacia delante, la cabeza un poco ladeada y la mirada frontal. Sus brazos se intuyen cruzados en el abdomen, cerrando el mantón sobre el torso, generando una composición tradicional marcada por la posición de la figura humana y sus vestiduras.
Destaca en la pieza su plasticidad, favorecida por el material utilizado para su creación, donde se imprimen texturas como los flecos del mantón que enriquecen la pieza. Asimismo, el rostro recrea una expresión serena cargada de verismo.