Objeto (Artístico): Casa de vecindad

Lienzo que recrea una escena cotidiana que, más allá de su aparente sencillez, revela una aguda observación de las dinámicas sociales. Bajo el alero de un palomar, un grupo de palomas se reúne junto a los restos de un cacharro de barro roto, símbolo humilde de la vida compartida y, a menudo, disputada. Entre vigas de madera, donde los pájaros anidan, se desarrolla una composición de tonos oscuros y pincelada suelta, cargada de matices simbólicos.

La figura central del palomo blanco, inflando orgullosamente su plumaje en actitud de confrontación, no solo estructura la obra desde el punto de vista compositivo —como foco visual y lumínico—, sino que encarna la dimensión alegórica de la pintura. A través del comportamiento animal, Ginés plantea un sutil paralelismo con las emociones y tensiones humanas: amor, celos, rivalidad y orgullo.

La obra se inscribe dentro del costumbrismo español de comienzos del siglo XX, una corriente que, con sensibilidad y sentido crítico, retrató escenas populares como metáfora de los complejos mecanismos de la convivencia social. En este sentido, Casa de Vecindad es tanto un testimonio del arte de su tiempo como una reflexión atemporal sobre las relaciones humanas.

Firmada por la artista en el ángulo inferior derecho, la pintura conserva también su número de inventario original en el catálogo del Museo de Arte Moderno (n.º 54), acompañado de la inicial del apellido de Ginés, siguiendo el sistema de marcaje habitual de la época.