Ilustración realizada para Silvestra de Sextinas, publicada en Hiperión en 1992. Esta consiste en un retrato en primer plano en blanco y negro logrado con la técnica del dibujo y de “decollage”, es decir, han sido arrancados fragmentos del soporte.
El resultado es un rostro en el que se distingue el boceto inicial y donde las partes mas significativas del mismo (ojos, boca, cabello) han sido marcados con polvo de carbón. Esto crea un efecto “desenfocado” muy atractivo. Los límites de la cabeza quedan establecidos por el decollage, al crear un entramado de blancos y grises en todo el fondo que contrasta con la oscuridad de esta.