La producción artística de Luis Casablanca está influida por su incursión en el mundo de la moda cuando, al finalizar sus estudios en Bellas Artes, comenzó a colaborar en el taller de Jesús del Pozo.
Fruto de esta investigación sobre el traje y de la relación directa con los procesos creativos y constructivos en el ámbito de atuendos de diferentes características, el artista conecta la escultura, el dibujo y la pintura con el trabajo en el taller de diseño y costura, generando patrones, vestidos y zapatos imposibles, indumentarias hiperbólicas convertidas en "esculturas habitables".
Este boceto de moda es fruto de la investigación de Casablanca en esta vertiente de su trabajo en el taller de Jesús del Pozo, como evidencia la impresión del nombre del diseñador en el área superior del papel. El boceto está realizado a grafito y reproduce la silueta de una mujer donde no se muestran rasgos faciales, poniendo el acento en la indumentaria. Viste un traje de dos piezas compuesto por una amplia midi falda abotonada en dos líneas frontales y un corpiño con tirantes anchos y cerrado al frente con dos líneas de botones.