Tras el fallecimiento de Francisco Fernández el 12 de noviembre de 2022, su familia realizó una importante donación de su obra a la Universidad de Granada, que la custodia integrada en la Colección de Arte Contemporáneo, de cuya fundación fue el fotógrafo en buena parte responsable.
Fotografía de plano medio largo de José Guerrero en blanco y negro, tras dos columnas de mármol blanco que pueden remitir a espacios como la Alhambra.
La utilización de la arquitectura como marco compositivo del retrato se evidencia aquí como una de las claves de la fotografía de Francisco Fernández que, en su período de madurez, realiza numerosos retratos de las grandes personalidades artísticas y culturales de su tiempo, utilizando inmuebles históricos como telón de fondo, aunque el espacio no es fácilmente identificable en la totalidad de las fotografías.
La imagen hace uso de una escala de grises que tienden al blanco, convirtiéndose así en una fotografía luminosa, onde el espacio se enmarca en la potente verticalidad de las columnas y en las líneas que componen la camisa de José Guerrero, que mira a la cámara desde el intersticio de dos columnas, esbozando una leve sonrisa enfatizada desde los ojos a la expresión del rostro. El retrato contribuye aquí a acercar al artista a quienes observan la fotografía, mostrando a un hombre que demuestra complicidad con el fotógrafo ubicado al otro lado de la cámara.
La confluencia de líneas verticales con la marcada horizontalidad del friso que se recorta a partir de molduras en el muro trasero que hace las veces de fondo del retrato es clave a la hora de entender la fotografía de Francisco Fernández, su forma de componer y cómo se acerca a los personajes que retrata, mientras en el caso concreto de José Guerrero, las verticales son una componente imprescindible de la obra de este artista, cuyas "Fluorescencias" remiten a un ritmo constante de líneas, repetido en el patrón de la camisa que viste en esta fotografía y en las columnas que lo enmarcan.