Pintura abstracta evocativa del concepto que le da título. El regante del Generalife es representado por Valentín Albardíaz como una masa de agua en azules que se extiende en la colina roja y convierte en verde un espacio cuyo principal registro cromático, sin vegetación, sería la almagra propia de la tierra arcillosa de la Sabika.
La pintura de Albardíaz, caracterizada por la pincelada libre y líquida, que se extiende en el lienzo a base de amplias manchas de color de gran expresividad y chorreones de vibrante transparencia, es claramente reconocible en un estilo propio del artista granadino. La paleta cromática de brillantes colores y la búsqueda de la esencia de una naturaleza salvaje o domesticada, abordada a partir de abstracciones, son algunas cualidades de esta obra reclamadas como claves en la producción artística de este autor.