Primer premio de la Red Interuniversitaria de Creación Artística (RICA) 2007.
Bajo el título de «Cinética transformante» se engloba una serie de dieciséis animales cuyo denominador común es la presencia de rasgos o actitudes en extremo salvajes. Los depredadores aparecen con las fauces abiertas en una clara posición amenazante, mientras que los depredados muestran heridas que intuimos de fatal desenlace. Todos ellos aparecen retratados sobre un fondo neutro en tonos negros, blancos o grises, generando contraste con el pelaje o plumaje del animal representado.
La cinética, asociada a la fuerza producida en el movimiento de un objeto, incide en la potencialidad expresiva de los animales representados por el artista en esta obra que, lejos de permanecer en estado de reposo, se muestran en un estado desbordado de energía, extrapolando la ley física a la actitud de seres vivos y a la presión que los conduce a mostrarse en determinadas actitudes. Se trata, pues, de una interesante metáfora sustentada por la manifiesta violencia impresa en cada una de las imágenes, ya sea en el ejercicio de poder o en el de víctima.
La línea del dibujo desaparece en favor de la mancha cromática, la pincelada libre, amplia y expresiva, diluida o densa según los requerimientos del tema, enriqueciendo la plástica de la pintura e incrementando la vehemencia de cada una de las imágenes que forman este complejo políptico.
La cabeza y el cuello de la gacela de Thomson entran en la escena a través del lateral izquierdo, dando muestras de su herida a través de la sangre que brota del hocico del animal. La paleta cromática reproduce la realidad a la hora de recrear el pelaje en tonos pardos y blancos, mientras que también se utiliza como un recurso para acentuar el dramatismo de la escena mediante la inclusión de un fondo gris de tintes violáceos.