Pascual Rivas Carrera (Santander, 1945)
Estudia Ciencias Geológicas en la Universidad de Granada, donde obtiene el título de licenciado en 1969 y el de doctor en 1972. En 1975 obtiene plaza como profesor adjunto en el Departamento de Paleontología, pasando a ser profesor agregado en 1980 y catedrático en 1983. En este período comienza a ocupar puestos vinculados a la gestión universitaria en la Facultad de Ciencias, siendo nombrado vicerrector de Investigación entre 1987 y 1989, previo a su elección como rector de la Universidad de Granada entre 1989 y 1992.
Su participación en numerosas sociedades y patronatos vinculados a la ciencia y el ámbito universitario, junto a su actividad investigadora y docente, a las que se suma su participación en la política universitaria, culminan con su nombramiento como miembro electo de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas, Químicas y Naturales de Granada.
Su carrera política lo vincula al Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y a la Unión General de Trabajadores (UGT) desde mediados de la década de los años setenta, habiendo ostentado cargos en las comisiones locales, provinciales y regionales de ambos.
Retrato de medio cuerpo prolongado donde el protagonista se muestra en posición frontal, apoyando el brazo izquierdo en un capitel clásico de orden compuesto realizado en piedra blanca, sobre el que se muestra lo que podría ser una emericeras fosilizada como elemento que contextualiza el ámbito de investigación y docencia de Pascual Rivas.
El fondo de la obra nos sitúa ante un Jesús Conde contenido en la recreación de espacios dotados de una mágica luminosidad y cromatismo. El artista cede buena parte de la expresividad de su arte en busca de una concepción más academicista del retrato donde, sin embargo, se aprecian las claves de su pintura. El retrato preciso en primer plano, la calidad táctil de las carnaciones y textiles, el dibujo acertado que define las formas y se emborrona para crear una atmósfera de ensoñación al alejarnos del centro gravitacional de la pintura, en elementos como el capitel o la propia mano derecha del rector, que agarra un bastón.
La negrura del traje académico contrasta el brillo del dorado y el rojo de los cordones de las medallas de catedrático y rector y el blanco de los guantes que el retratado sostiene en la mano izquierda, las bocamangas, la pajarita y el cuello alzado de la camisa. La gran mancha negra utilizada como recurso para traducir al lenguaje de la pintura la imponente figura de Pascual Rivas, cuyo rostro se modula a partir de una iluminación que contrasta luces y sombras, endureciendo la expresión del rector, que mira al espectador desde una serenidad que contagia a quien observa en un magistral ejercicio de búsqueda de la psicología del personaje.