Retrato de Don Juan Carlos I y Doña Sofía, reyes de España, donde aparece el rey de pie tras el sillón donde está sentada la reina, contraponiendo la posición de cada uno, él girado hacia la derecha, y ella hacia la izquierda, haciendo una composición tradicional con una marcada diagonal. Vestidos de gala, la reina Sofía lleva la tiara conocida como de "la Chata" o de las conchas, realizada en la joyería Mellerio dits Meller en 1867 que regaló la reina Isabel II a su hija por su casamiento. Ha sido una de las tiaras más utilizadas por la reina Sofía. Se sitúan sobre fondo de tonos azulados y dorados que ayudan a componer la diagonal del retrato.