María Elena Martín-Vivaldi Caballero nació en Granada, en el seno de de una familia íntimamente ligada a las artes y las humanidades. Profesora titular de Geografía Física, su ámbito de investigación gira en torno a la hidrología, la geomorfología y el paisaje, temas en torno a los que giran sus proyectos de investigación, desarrollados en colaboración con distintos centros de investigación nacionales y extranjeros, y que han favorecido su interés y participación en la planificación y gestión de espacios naturales protegidos de la provincia de Granada, como el Parque Nacional de Sierra Nevada, el parque Natural de Sierra Nevada y el de la Sierra de Castril.
Entre sus trabajos de gestión universitaria destacan: vicedecana de Ordenación Académica de la Facultad de Filosofía y Letras entre 2001 y 2004, de la que fue decana entre 2004 y 2011; y Vicerrectora de Extensión Universitaria y Deporte entre los años 2011 y 2015.
Retrato femenino de cuerpo entero, donde la escena se representa en un espacio al aire libre. La protagonista es la decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UGR, María Elena Martín-Vivaldi Caballero, que ocupa el espacio central del soporte luciendo el traje académico correspondiente a su facultad, con toga negra, y muceta y bocamangas azul celeste. La artista ha transformado el azul en un tono más intenso, cercano al turquesa, y ha exagerado la dimensión de las bocamangas, que destacan sobre el conjunto.
La decana se muestra en erguida, con un pie ligeramente atrasado respecto del resto del cuerpo. En la mano derecha sujeta los guantes blancos del traje, mientras que la izquierda se apoya en un estante donde se observa el birrete. En el rostro, sutilmente iluminado con el destello blanco de las perlas que luce la protagonista a modo de pendiente, destaca la amplia sonrisa y la mirada directa al espectador.
El entorno en que se desarrolla la escena no es identificable, pero las tonalidades ocres, azuladas y amarillentas refuerzan los negros y azules de la vestimenta. La autora juega con la perspectiva a partir de la disposición ortogonal del enlosado del suelo, cuyo punto de fuga acentúa la profundidad del cuadro.
La pincelada libre de Asunción Jódar es uno de los sellos indiscutibles de esta obra que, junto al carácter onírico de la atmósfera que envuelve a la protagonista, identifican la autoría de la pieza.