Desconocemos la procedencia de esta escultura de metal de Cristo crucificado vivo, pero su forma se basa en el modelo que el artista italiano Alessandro Algardi (Bolonia,1598 - Roma, 1654) realizara en 1646 en plata para el Papa Inocencio X, un Cristo expirante en la cruz con cuatro clavos. Pronto se convirtió en un modelo reproducido por todo el orbe cristiano durante el siglo XVII, realizándose grabados que se expandieron aun más durante el siglo XVIII. Podemos intuir que nuestro artista desconocido se basó en este modelo tan reproducido para realizar esta escultura que hoy se conserva en el Colegio Mayor granadino. En éste encontramos un mayor dinamismo característico de lo dieciochesco, y con un mayor dramatismo en su rostro y cabeza inclinada hacia atrás.
El uso del metal como soporte en la escultura se extendió a partir de finales del siglo XVI, teniendo su mayor auge en Andalucía en el siglo XVII, una forma que abarataba los costes de la realización de esculturas en madera, siguiendo la tradición previamente establecida de la reproducción en barro a través de moldes. El material que solía utilizarse se denomina "peltre" que es una aleación compuesta fundamentalmente por plomo y algo de cobre, estaño y antimonio.
Cristo expirante de cuatro clavos en una cruz lisa rectangular, con supedáneo sobre mensulilla de madera dorada y cartela también dorada, con el INRI. La figura es de correcta anatomía, con el cuerpo estirado, en tensión y el pecho algo marcado, pero de modelado suave. La cabeza es muy expresiva, muy levantada, con largos rizos que caen por su espalda, barba partida y de modelado menudo. El perizoma, está anudado a la derecha y es de pliegues amplios, sujeto por una cuerda que deja al desnudo la cadera derecha. La policromía está oscurecida por la suciedad que presenta la imagen, pero es brillante, con tonos verduzcos y huellas de martirio en rodillas y brazos. Es, pues, imagen de buena factura.