Durante el siglo XVIII, los avances astronómicos venían siendo cada vez de mayor importancia y aplicación práctica en disciplinas como la navegación marítima o la generación de coordenadas de gran precisión. Los estados europeos, conscientes de la utilidad que venía desarrollando la disciplina, financiaron y promovieron proyectos astronómicos, desde la construcción de observatorios, como los pioneros de Greenwich y París, o la difusión de principios y nociones astronómicas en publicaciones impresas con láminas, donde podríamos ubicar la que aquí describimos.
Grabado a buril a una tinta negra que explica, mediante ocho figuras numeradas, cómo se producen los eclipses de sol y de luna. No contiene marcas de autoría.
No existe pretensión artística a la hora de realizar esta pieza, sino que es utilizada como un método de registro y docencia científica asociada a los fenómenos relacionados con los eclipses, por ende no existe intención estética en la composición ni la producción de formas.