Esta obra fue presentada por su autor al concurso "Granada Arte Joven", convocado en 1994 por la Facultad de Bellas Artes de Granada entre sus alumnos, y adquirida por la misma para integrar sus fondos patrimoniales.
Pintura que recrea el juego del parchís haciendo uso de una composición marcada por el esquema de la cruz griega. Cuatro polígonos cuadrados destacan en la obra, ubicados en las esquinas del soporte, con un personaje escudado en su interior. Igual que ocurre en el tablero del parchís, cada cuadrado y su personaje están realizados en un color: naranja, morado, azul y verde son en este caso los protagonistas y marcan la casilla de salida para cada jugador.
De cada extremo parte un recorrido con casillas cuadradas que se encaminan hacia el centro reproduciendo el color de origen. Enmarcadas por un perfil blanco manchado de grises y utilizado para reproducir esquemas numéricos y visiones de dados, confluyen en el centro de la composición formando una cruz esvástica.
La pieza cuenta con una interesante carga alegórica, mostrando las casillas de salida y llegada como referencias de trayectoria vital, de azar a través de la intervención de los dados y de cálculos y experiencias a partir de los números anotados en los márgenes blancos del camino a seguir para ganar el juego.