El sistema Ader configura un transmisor microtelefónico en forma de estación telefónica mural. Los transmisores Ader adoptan la forma de un pupitre adosado a la pared y se componen de un manipulador de llamada, un micrófono, una bobina de inducción y un conmutador provisto de gancho para la suspensión del auditivo. A través de estos componentes se generan tres circuitos, denominados “de llamada”, “de recepción o secundario” y “de transmisión o primario”, soportados por diferentes piezas que contribuyen al establecimiento o finalización de la comunicación en cada caso.
Tras la creación del telégrafo Hughes por David Edward Hughes (1831-1900) y las aportaciones de Alexander Graham Bell se produce un importante avance en el ámbito de la telefonía que tiene lugar en los últimos años del siglo XIX con la aparición de transmisores de diferentes tecnologías, entre los que se incluye el teléfono Ader, fundados sobre los pilares establecidos por Hughes.
La llegada de esta donación a la Universidad de Granada está relacionada con la creación de un Museo de Historia de la Ciencia en el Colegio Máximo, que nunca llegó a abrir sus puertas, a pesar de esto, los objetos quedaron en la Universidad tras la firma de la donación por parte del rector Gallego Morell y el coronel director de la fábrica Fulgencio Ortega con la autorización del director general de Armamento y Material del Ministerio de Defensa.