Objeto (Artístico): La Adoración de los Magos
Inf. General
Depósito del Museo de Bellas Artes en la Universidad de Granada por O.M. del 12 de septiembre de 1981.
Gómez de Valencia, Felipe. Granada, 1634 – 13.IV.1679. Discípulo del pintor Miguel Jerónimo de Cieza que tuvo el taller más importante de pintura en la Granada de la primera mitad del siglo XVII. Junto a las influencias de su maestro Felipe muestra un fuerte componente flamenco y tampoco pudo escapar de la tremenda sugestión que Alonso Cano tuvo entre los pintores locales, desde su regreso a Granada en 1652, hasta su fallecimiento en 1667.
La producción de Felipe Gómez debió de ser muy amplia, como se desprende de los cuadros que poseía a su muerte en su taller y que fueron inventariados. Sin embargo, los que han llegado hasta la actualidad son unos pocos. Uno de sus hijos, Francisco, también destacó como pintor llegando en algunos momentos a confundirse sus obras con las de Felipe.
Amplio conjunto compositivo en que se representa la Epifanía. A la derecha, ante un fondo arquitectónico de fustes de columnas sobre plntos, la Sagrada Familia. La Virgen sostiene al Niño que recibe la ofrenda de Melchor arrodillado, mientras José permanece de pie, detrás, con un cayado de azucenas, símbolo de su pureza y castidad. A la izquierda se dispone el resto del conjunto, con Gaspar y Baltasar (de rasgos negroides), ricamente vestidos con atuendo oriental, en primer término, y tras ellos un abigarrado grupo de pajes, soldados y caballos. En el ángulo inferior derecho aparece una cartela muy maltratada con la inscricpión: "A Nª Sª (DE L)OS / REMEDIO(S) (...)ECE / ESTE LIEN(ZO) (...)FVO / CIO DE Pº. AN(...)OS / REYES Y Dª (MA)RIA / MALO (...)N / AÑ(O DE 1677)".
Claramente se aprecia alguno de los rasgos estilísticos del granadino Felipe Gómez de Valencia (1634-1694), en la disposición espacial de los personajes, especialmente el grupo de la derecha en inclinada oblicuidad; así como la gama de tonos empleada por el artista, fundamentalmente colores no estridentes y carnaciones pálidas. Fue discípulo de Miguel Jerónimo de Cieza y supo imitar con maestría el estilo de Alonso Cano, consiguiendo gran manejo y buen gusto de color. El Evangelista Mateo (Mt. 2 1-2 9-11), que es el único que habla del episodio de los Magos en su Evangelio, no especifica que fueran tres y Lutero niega que fueran reyes. Pero como el Concilio de Trento ordenó únicamente las esceas religiosas contrarias a la ortodoxia o susceptibles de herejía, la iconografía tradicional de la "Adoración de los Magos" no sufrió profundas transformaciones en la Contrarreforma. Al igual que la mayoría de los artistas católicos. Gómez de Valencia pintó a los Magos con trajes exóticos y suntuosos, ya que procedían de Asia, Africa y Europa, dando así realce al carácter universal de la revelación y redención de Cristo. Sabía, con certeza, que debía pintar a Melchor como un anciano de cabellos blancos y larga barba, a Gaspar como un joven apuesto y a Baltasar negro y con barba, según el venerable Beda. Según María de Agreda, el Niño debía aparecer en el regazo de su madre, ya que "siempre le tenía en brazos". En defnitiva, influencias flamenca, italiana (gusto por la arquitectura destacada) y aun velazqueña (posición del caballo, lanzas de varios pajes...) se dan conjuntamente.