García Melgarejo ilustra el pasaje que Santiago de la Vorágine cuenta en "La Leyenda Dorada" de como Heradio (aquí Proterio) tenía intención de consagrar a Dios su única hija. Patricio, su criado, se enamoró de la joven. El matrimonio no era posible dadas las diferencias sociales entre ambos, por que el siervo invocó al diablo, firmando una cédula por la que renegaba de Cristo y de su fe a cambio de la dama. De este modo, consiguió su propósito y pronto advirtió la esposa como no era cristiano, confesándole arrepentido su artimaña. Ambos acudieron a San Basilio, quien intercedió por Patricio, recuperando en un descuido del diablo la cédula que firmó el renegado.
Diego García Melgarejo (1658-1720) fue un pintor barroco español formado en Sevilla, donde se le cita entre los miembros de la Academia de Dibujo después de 1666. En 1673 se traslada a Granada, ciudad en la que aparece establecido en 1688, llevando a ella el murillismo como humilde imitador del maestro, según Enrique Valdivieso.
Ante lo que podría ser un pórtico columnado, y centrando la composición, aparece San Basilio. Este, vestido con el hábito basiliano, palio, mitra episcopal y con el bordón con la cruz de doble travesaño en la mano izquierda, intenta coger con la diestra una cédula que porta el diablo. La figura satánica ocupa el ángulo superior izquierdo escupiendo fuego por la boca y un haz de rayos en la diestra. Junto al Santo, una joven pareja permanece orante, vestidos a la usanza del siglo XVII, mirando al demonio. Tras ellos, un grupo de monjes de la Iglesia basiliana.
En el ángulo inferior izquierdo aparece una cartela con la siguiente inscripción: "Patriçio, criado de Proterio, Senador de Cesarea; avien- / do entregado su alma a el Demonio por cedula firmada / de su nombre a fin de conseguir por esposa (como lo con- / siguio) una hija de su Señor, fue libre de su esclavitud, / y restituida la cedula por oración de San Basilio".