Este lienzo, originariamente se colgó, a comienzos del Quinientos, en la Puerta de las Orejas, que se encontraba junto a la plaza de Bibarrambla, centro neurálgico de la Granada de este periodo. Se ubicó en el segundo arco de la puerta conformando una especie de capilla abierta o altar callejero con la idea de cristianizar un antiguo espacio urbano nazarí. Tras el derribo de la Puerta en 1884, la pintura pasó al Museo de Bellas Artes de la ciudad.
A solicitud de la Universidad de Granada el lienzo es depositado en la Madraza, por Orden Ministerial de 30 de junio de 1976, para presidir el Salón de Caballeros XXIV junto a dos retratos de los Reyes Católicos.
Con motivo de la restauración que se realiza en la Madraza entre los años 2000 y 2010 el cuadro es trasladado a Hospital Real, donde se encuentra el Rectorado de la Universidad de Granada.
El lienzo ha sufrido diversos retoques pudiendo fecharse uno en 1600 por la cartela que se conserva y otra en 1761, fecha que aparece en los restos de otra cartela.
Representación mariana, conocida como Virgen de la Antigua o de la Rosa. Muestra a la Virgen en pie, con gran frontalidad, sobre pedestal y vestida con túnica roja y manto azul decorados con el anagrama mariano coronado. Con la mano derecha sujeta una rosa blanca mientras con el otro brazo sostiene al Niño, que bendice con la diestra y posa su mano izquierda sobre el orbe. En la parte superior dos ángeles coronan a la Virgen. En la parte inferior, a ambos lados, sobre granadas abiertas las iniciales de los Reyes Católicos, "F" e "Y", coronadas y doradas, y debajo, la filacteria en la que ha desaparecido casi toda la inscripción.
La obra sigue los esquemas de la escuela hispano-flamenca, siendo más apreciable en los ángeles de menor tamaño y alas angulosas, mientras la dulzura de los rostros de la Virgen y del Niño muestra un mayor naturalismo.
El lienzo ha sido retocado en diversas ocasiones a lo largo del tiempo, por lo que ha ido cambiando su aspecto, lo que queda de manifiesto en el modelado de las telas que originalmente presentaría formas más rígidas, y el añadido del anagrama mariano a la túnica y al manto que debe ser posteriores a la obra original, pues no guardan la relación natural con los plegados.