El autor Juan Antonio Díaz es profesor de la Universidad de Granada y combina su faceta docente e investigadora con la de artista plástico. A comienzos de los años 90 inicia sus primeras exposiciones individuales. Sus obras se centran en la corriente artística de la abstracción lírica, con el acento siempre puesto en el color y en la composición.
La obra se enmarca en el movimiento artístico conocido como abstracción lírica siguiendo la estela del artista ruso Kandinsky, iniciada ya durante los años 1910-1920. El propósito de la corriente trata de abstraer en la mayor medida de lo posible la realidad tangible del mundo sensible, dando lugar a obras compositivamente abstractas, cargadas de emociones que traspasan el lienzo y que el artista quiere transmitir por medio del color; de manera que, la forma, la cantidad y la textura de la aplicación de los pigmentos repercuten en la percepción del espectador. En este caso, Juan Antonio Díaz, hace uso de la superposición de planos cromáticos para crear dobles planos destacando las tonalidades frías azuladas sobre el negro absoluto que casi parecen crear luces y sombras o llenos y vacíos en una obra prácticamente monocroma. Técnicamente aplica pinceladas a pastel de trazo nervioso que produce a la lejanía del ojo espectador una confluencia de líneas paralelas verticales y horizontales.