Santo Tomás se representa alado y ocupando el centro de la representación. Se posa sobre el pedestal de una fuente, símbolo del conocimiento y de la vida, a la que acuden a beber numerosos personajes eclesiásticos. Santo Tomás lleva en una mano un libro y una pluma, en la otra una custodia. Tras él un celaje en el que aparecen el crucificado, San Agustín, dos ángeles, y más arriba otro pequeño crucifijo. Entre ambos ángeles sostienen una filacteria que dice "ECE PLUSQUAM SALOMON HIC", del Crucificado a Santo Tomás otra filacteria muestra la inscripción "BENE SCRIPISII DEME THOMA", y de S. Agustín a Santo Tomás una tercera filacteria dice "MIPAR ES- / TIN GLOVIRGINITARE PRESTANTIOR". Bajo los pies del santo aparecen dos personajes, uno de ellos con una filacteria que anuncia "TOLLE THOMAM ET DISSPABO ECCLESIAM". En el borde de la fuente se lee "OMNES SIRENTES VCIS (...). AQUAS".