Fotografía a color de un campo de cultivo de invernaderos. El espacio natural antropizado se convierte en el principal objeto para la cámara de Francisco Fernández, que capta la luz atravesando los materiales utilizados en la construcción de los invernaderos transformando el plástico en una evocación de la transformación de la luz a partir de su paso por materiales que han permanecido alejados de la mirada del arte hasta época reciente.
La sucesión de elementos verticales ordena la composición, sosteniéndola como también lo hace con las estructuras fotografiadas. Lo efímero de la construcción está patente en la imagen, donde la luz cenital del sol es la gran protagonista. El relieve montañoso del fondo contextualiza la escena en un lugar que pierde al espectador y lo aleja de la línea de costa, mientras que el invernadero se convierte en un no-lugar, un espacio inhabitado e inhabitable que reconocemos pero al que solamente nos acercamos a través de la imagen generada por el fotógrafo.
La intelectualización del hecho fotográfico, una constante en las fotografías de paisaje de Francisco Fernández, está presente en esta pieza donde el encuadre selecciona una evocación poética de la superposición de capas, del juego de luces, de la transformación de los colores a partir de la orientación del foco y del propio recorte generado por el ojo humano a través del objetivo, trasciende la realidad convirtiéndola en metáfora visual.